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¿Qué es ser madre?

Actualizado: 8 jul

Una metamorfosis del alma, el cuerpo y la mente

Qué pregunta tan difícil de responder.

No es un rol, ni una etiqueta.

Ser mamá es una experiencia que atraviesa todo lo que eres.

Y para mí, no hay una sola respuesta… hay muchas voces dentro que intentan explicarlo.


Erica hija

Desde pequeña sentí que tenía que hacer todo bien. Que debía demostrar mi valor a través de lo que lograba. Era como si el amor se ganara con esfuerzo silencioso, sin molestar, sin pedir ayuda.

Hoy reconozco que esa exigencia era miedo. Y que la imagen de mamá no solo vive fuera de mí… también es esa voz que, aún ahora, me guía cuando me siento perdida.

Una brújula interior que me susurra: "confía, puedes con esto."


Erica hermana

Crecí siendo hermana mayor. Y aunque yo también era pequeña, aprendí muy pronto a cuidar de otro, como si fuera una adulta en miniatura.

Mi hermano fue mi compañero en la infancia. Nos tuvimos el uno al otro cuando todo alrededor se desmoronaba. Él era mi ancla, mi fuerza, mi espejo.

Ser hermana me enseñó que cuidar es un acto de amor, pero también de valentía.


Erica mujer

Esta parte la sigo descubriendo cada día. Ser mujer no es ser fuerte todo el tiempo ni cumplir con un estándar. Ser mujer es permitirme ser cíclica, creativa, cambiante.

Es aceptar mis luces y mis sombras sin culpa.

Hoy me reconozco como una mujer que crea, que cae y se levanta.

Que sueña con los pies en la tierra. Y que se está convirtiendo en su mejor aliada.


Erica mamá

Este es el corazón de mi metamorfosis. Ser mamá me devolvió partes de mí que no sabía que estaban dormidas.

Es un viaje que no se puede planear.

Es aprender a sostener, a soltar, a dormir poco, a amar mucho.

A llorar de miedo y de amor… el mismo día.

Ser mamá es estar presente incluso cuando no tienes respuestas.

Es ser refugio, alegría, caos y orden. Es mirar a tu hija y ver tu alma reflejada, pidiéndote que seas verdadera.


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Eso es para mí, ser mamá, es mi sentir.

Un cambio irreversible. Una expansión de mi capacidad de amar, de resistir, de sanar.

Una invitación constante a volver a mí… desde el cuerpo, desde el alma, desde lo más humano.

Y ahora que lo digo en voz alta, lo siento con más fuerza:Ser mamá no me cambió, me reveló.

Gracias, gracias, gracias por leerme.

Esta historia sigue…

Y quiero contarte lo que le pasó a mi cuerpo, a mi mente y a mi espíritu en esta gran transformación. Gracias, Gracias, Gracias.

 
 
 

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